Eduardo

 

Al llegar a París, la primavera se fundió  en tus ojos

y una tormenta de colores iluminó la tarde... (vientos de 2006)

 

Descolgar nuestra cordura por los dedos de los pies,

Derramarla en naufragios pequeñitos de colores.

Aferrase al violento rumor de una mirada.

Crucificarse en las esquinas de embriagadas esperanzas.

Pintar el techo violeta enamorado.

Caminar porque si...

Sonreír porque si

Vivir sin remedio,

Vivir,

Vivir sin "salvarse".

Cortar por las orillas de las calles empedradas,

Perder el rumbo,

Dormir a ras del horizonte.

Nacer a cada paso... y Vivir, vivir,

Simplemente vivir.

Que tan solo se trata de vivir.

 

 

 

Porque a diario revelas en tus ojos

la historia cotidiana de tus duendes

la mariposa azul de la sorpresa

el sabor de la lluvia cuando vuelves.

Porque algunas noches me sorprendes en mis sueños

con un crepúsculos de luna cuando duermes,

Creo en ti y en tu esperanza.

Te quiero con ganas de quererte.

 

 

 

A veces llegas a mis sueños

como de junco a orillas de la noche

y bailas soledades en silencio

como de mar

como de luna

 

Otras llegas de viento

llena de primaveras

como de flor

como de fuego

 

y la espuma de las olas

acarician mis pies sobre la arena

 

A veces llegas como de ausencia

inexorable

como de sal

 

 

 

 

Presagios.... calles de Buenos Aires

 

Hoy... hoy es un día sin fechas ni apellidos, hoy es un día de esos en que simplemente pienso en ti...

 

Como la gran mayoría,

o quizás como ninguna,

mi ventana da a la calle.

           La calle con su gente

                  y sin ventanas

mi ventana sin su calle...

 

Como la gran calle, mi mayoría

mira a la ventana,

mi ventana con su calle,

con su gente.

El sol....

quiebra la sombra de mi cuarto,

y así pasan los días.

 

Y esa gente,

la que camina por la calle,

esa que lleva la alegría entre sus manos, y no la deja volar frente a mi cuarto, mi ventana, porque lo prohibió un decreto el mes pasado. Es como un viejo marco de un paisaje blanco y negro,

que suben y que bajan

y que corren,

y que saltan, y que ...                mi ventana.

Todas las mañanas,

la abro hacia la vida,

        hacia la muerte,

a pelearse,

a jugarse,

pero ayer le han puesto  candado...

Y la calle sigue ahí, con su gente,

mi ventana y mi cuarto.

 

Como la gran mayoría,

o quizás como ninguna,

mi ventana da a la calle.

Y cuando sale el sol,

en estos días,

deja ver entre mis sábanas,

la sombra de una mujer...

 

Pero ayer llovía,

y la ventana

de mi cuarto;

con su calle,

con su gente,

la de mi cuarto.

Diseminó la noche en las paredes.

 

Ayer llovía,

y en la calle que da hacia mi ventana, el viento corría en tu cintura.

 

Ayer llovía,

y la lluvia suavemente, regaba las paredes de mi cuarto, como la noche con su gente...

 

Ayer llovía,

y en una frutería de la avenida Córdoba, faltaba una naranja,

ayer llovía.

Mi ventana....   Delante de la silla, en el bar,

hay una silla, que está delante de la mesa.

Delante de la silla hay una taza de café, tus ventanas, tus calles, y tu gente, y esa lluvia de vientos que baja desde abajo.

La silla,

la mesa, y el café...

Ayer llovía.

Por orden general,

mi ventana,

la que da a la calle,

la calle con su gente,

la gente con su calle y sin ventanas,

la vida,

la muerte,

la lluvia,

la lluvia dentro de mi cuarto,

mi cuarto y sus paredes,

la frutería,

y la naranja.

Forman una fila que desfila, detrás de una ventana, delante de una silla, delante de una mesa,

de la silla,

del café,

y de tu gente.

 

Y este Viernes,

el que paso...

No hubo café,

no hubo silla,

no hubo mesa.

Pero allí estaba,

la silla, el café, la lluvia,

y tú..... delante de mi mesa.

Como todos los días, desde siempre...

 

Retomamos la sal, los minerales, las palabras y los tiempos, y esa lluvia de un Vienes por la tarde.   Miro a un costado, específicamente tu figura, dos sueños que nacen de tu altura, dos trenzas que bordean tu silencio. Entonces vuelvo a recordar,... quizás, un vals de Straus en la Corrientes,      quizás la lluvia de algún Viernes,

mi cuarto, mi ventana, mi calle, y mi gente.

 

Así pasan los diálogos, los tiempos y los sueños, de uno en uno se van yendo, y sin pensar en diez ni en cinco,... veo la llovizna, y la llovizna dentro de tus ojos. Me marcho a casa. A mi cuarto, ese que tiene una ventana que da a la calle, y allí, miro el día,...            anochece.

Bs. As. Primavera del 79’

 

El río tiene, un itinerario

nocturno, germinal, estrellado,

soñado a lo hondo

va desbastando y se enciende

florece en tus labios

en la tierna sílaba que te nombra

 

En mi sed el río tiene un nombre

un espacio

un viento al oído, una locura...

Santiago, Abril del 88’

 

Siete lunas entrecruzaron el alba

llevada a tus ojos donde la

palabra duerme

infinita de otoños

junto a la lluvia

tú cintura acariciada en mis dedos

retornados al viento

pan, sal, vino sobre la mesa

siete lunas en tus pechos

llenas de amaneceres

lunas, cartas, sueños...

alfabeto presuroso

en tú beso y mi beso

siete lunas

una noche

un papel

donde escribo en silencio

 

 

Como llamarte

como nombrar aquellas palabras

que no  he dicho, sin omitir  una caricia,

un beso frutal  sobre tus párpados

como llamarte sin dañar

tu libertad

y estremecer el cielo

con tu nombre.

 

 

Alguna vez te ame... cuanto misterio

                            cuanto dolor

                      cuanto presagio

                         cuanta alegría

                        cuanta ternura

                           cuanto amor

                           cuanta rabia

                       cuanto encierro

                        cuanta mentira

 Pan  trigo....         sal  silencio

 

alguna vez te ame... cuanto misterio

alguna vez te ame...    cuanto dolor

alguna vez te ame... cuanto presagio  alguna vez te ame...  cuanta alegría  alguna vez te ame... cuanta ternura  alguna vez te ame...     cuanto amor  alguna vez te ame...    cuanta rabia  alguna vez te ame... cuanto encierro  alguna vez te ame... cuanto misterio  Madera y cal horadada  en  el  tiempo                       cuanto misterio                       cuanto encierro                   cuanto dolor  alguna vez te ame...   cuanto camino                       cuanto silencio                        cuanto grito  alguna vez te ame...     cuanto ....  Tanta distancia,                      alguna vez te ame... cuanto misterio  alguna vez te ame... cuanto ....      alguna vez te ame...                  alguna vez...                         Tal vez te ame, tal vez fue un sueño    alguna vez te ame... cuanto misterio                       cuanto misterio  alguna vez te ame,                    Hoy ya no lo recuerdo....             Al menos como antes.                   Cuanto misterio....                    tal vez más  que antes.

 

 Te dije que mis pasos se han quedado en la distancia ?,

¿ que inexorable es una mentira que inventó el Dios de los ancianos ?, ¿ que los recuerdos son una traición de la memoria ?. es extraño... estos porqué, esta nostalgia, este rumor de tangos truncos de un Domingo que es Viernes, esta llovizna parda que golpea las lunas amarillas de los vidrios, de brujas noctámbulas con sus conjuros mojados por la noche de garúa y aquelarre....     quizás no llegue a vos, asustado y ligero, buscando algo que no hay, encontrando aquello que no existe. Quizás no llegue a vos en esta  geografía cargada de silencios que torturan, y torturas que callan, de la miseria y la muerte, de la patria en llamas. De esta guerra, que parece que nunca se acaba. Todo es extraño detrás de este paisito arrinconado en la costa de mares tormentosos y pacífico, en esta franja lenta de caderas montañosas...es extraño.

* * *

Quiero apartarme en un rincón

detrás  de las murallas

donde se graban las voces de mi pueblo

y desde allí...

desenfundar la esperanza

apuntando al corazón del tirano... 1983

 

Hoy,....   contrario a todos lo presagios de una noche cargada de regresos al olvido y pena, amaneció de sol ausente y cielo gris, amaneció dormido el sueño, inundado de tristeza. hoy es Viernes preso en el calendario, Viernes 15 y no es santo, es Febrero cortando el verano......

¿como descifrar el lenguaje

entrecruzado de mis dolores, las cartas ausentes, las deudas de

cariño, la palabra lejana del consuelo horadado por la dura

distancia ?....

 

Buscando en el refugio del miedo  el amor que me falta, hoy ya

pasados los siete presagios, esa exclamación me derrumba el

horizonte y quiebra mis pasos...     hoy me siento sólo, de mi y de la mujer que amo, nuestros caminos perdieron el rumbo bifurcando los sueños, la canción, la inocencia, el milagro,...  donde el adiós es un inútil dolor.

 

Fue el verso de trapo trajeado de tiempos,

anclados en los  sueños de un dolor

aferrado a los besos, fue Enero y fue

Viernes violento

fue solo y fue cierto. "Que amar sino una

sombra" raída en los sueños...

 

Te dije que tu piel me sabe a humo de hojas en otoño y brisa

Sabes...

a veces nos encontramos detrás de los andenes, sorprendidos,

queriendo ocultar nuestro asombro, nuestro silencio infantil  nuestros temores. Las estaciones nos llevan hacia otros puertos y otros trenes          carcomidos de invierno, donde se agolpan las miradas y se pierden..     me cuesta comprender y es imposible tanta ternura tanta distancia

tanto dolor mal repartido.

Estamos al umbral de este camino

Y ya no lo recuerdo bien

tanto amor de puro mar y tu                 de puro mar ....                                                                                                             déjame amarte                          vuela y no esperes

no te detengas.

déjame amarte

vuela....                      déjame amarte

vuela

no te detengas.

 

 

Es difícil... ya lo se

siempre sin saberlo te buscaba, en cada sueño, en cada viento llevado al olvido, desde niño, cuando me enseñaron el alfabeto  dormido de los vientos, y la piedra rompía los rincones solitarios  y las palabras calladas. Te busqué en el fruto germinal de la vertiente, junto al mar en invierno,...hasta que un día sin saber llegaste distraída de sur de zonda y páramo. Pero la vida es un camino, y nadie llega para quedarse, porque el  amor no se detiene en uno no termina mañana, Te amo, necesito el  frágil aroma de tus manos, tú ilusión infinita y tengo miedo. Como  explicarlo.... quizás ya no tenga sentido, pienso en ti, porque no  decirlo, por que callarlo si te amo,...como ocultar tanto dolor.    Me equivoqué, es cierto y no he sabido darte lo que soy, detrás de esta máscara estoy yo ,temeroso, inseguro, desbastado de milagros y de tiempo, y faltó espacio en la locura para entregarte mis  sueños, mis beso  clandestino. Te debo mucho , el pan , la sal, el  vino sobre la mesa de Octubre, las lluvias de Aysen y la tierra  mojada por el sudor de mi cuerpo, te debo el amor, éste que traigo  casi como otro nombre apretado en el pecho, contenido, presuroso,  nostálgico de un tiempo porteño veredas al sur, mas allá...

 

Que pánico Septiembre,

su primavera trunca,

su otoño criminal,

su muerte lenta,

como explicarte.....  desnudarme de lunas,

construirme, inexorable y vendaval,

reverdecer y devastarse,

multiplicarme de sombras,

multiplicarme de sobras,

                multiplicarme,

caer,

    correr,

           crecer,

hasta alcanzar tus ojos,

hasta encontrar tus manos,

hasta creer tus pasos,

hasta crecer...

tus ojos,

tus manos,

tus pasos,.....

     como explicarte.

 

               Esa mañana  clara, casi como una primavera cortando las hojas de este invierno, como un roce mortuorio en el frío blanco de las paredes de mi cuarto, lentamente subía hasta mi rostro; toda la sed, (el miedo,) derramada en la complicidad de mis dedos y el misterioso magnetismo de la brawnnig 9 mm..

 

¿ como perdonar la ausencia del café la Paz ?

¿ o aquella mesa renga de Tortoni con su placa de bronce ennegrecido. Y el nombre de Manzi devastado por el tiempo de tangos reos, grelas y caficios ? ¿ o a vos dibujada en el aire como las sensuales musas del Brasil curvadas en tu  cintura, o aquella caja de regalos que dejaste sobre la cantera, distraída de sueños, para que no quedara duda del coraje inflamado de las "Erpias”. El estruendo de la explosión.

 

A vos que no alcance a comprender cuando dijiste, corré...apuráte, apuráte, que  nos  vio la  cana...

 

Porque de pronto nos sobran los andenes....

Creo que allí comenzó esta nostalgia sucesiva, esa mañana clara en tus ojos verde soledad. Diez soles invernales se cruzaron en aquellos dos cuerpos asidos al primer amor entre el cielo y la arena derramada en tus pechos. Allí quedó Reynaldo zajado en la memoria de cuatro tiros arrebatándole el tiempo, último, definitivo a la ausencia.

 

Nos jodieron hermanito, vos llenando la lista inexpugnable de tumbas sin nombres y nombres sin cuerpos, y yo sin ni siquiera descifrar el grito que salió desde tu muerte, rajá,... Que no te agarren. Son treinta mil hermanito, treinta mil los que faltan. Como comprender tanta distancia, si todo lo necesario ya perdía el sentido, inútil de golpearse en los recuerdos. Y tuve   que    salir sujeto a la distracción de aquel paño pegajoso de luz que entraba por la ventana los minutos aferrados en la piel, las manos prensadas en la cara y la brawning apretada entre las piernas pariendo un dolor interminable. Sobre la mesa, a mitad del camino, donde el año se muere en el hastío, unas cuantas historias acariciando las mejillas, tal vez tus pupilas.

 

 

Lentamente, la mañana corrió los postigos de la persiana de alerce, el blanco silencio de las paredes cubría la tenue luz de una solemne arrogancia. Abrí la ventana con la rigurosa incertidumbre de saber... ¡el falcon gris todavía esta frente al baldío ?... Pestilente de escombros, basura putrefacta.

 

No supe que hacer, y entonces regresé. A todas las ausencias del olvido, a desandar el vino, la esperanza...regrese vestido en  el sueño truncado y ese pantalón blanco que me regalara mi viejo en el ultimo cumpleaños que pasamos juntos,   con zapatillas se corre mejor ¡   pero yo salí con alpargatas, con un rumor de gente y de cemento.

 

(!que inseguridad se siente al andar sin el fierro en las costillas¡)

 

 Que joder ¡, no te parece, ahora de regreso, de vuelta en este paisito de montañas eróticas, tratando de cobrarle la cuenta a quien sabe que hijo de puta y tinglando en los treinta.. La pasión; la mujer, la esperanza, la rabia, la victoria, la patria o la muerte en esta guerra, que parece que nunca se acaba.

 

 

Salí, aferrado a los pasos como un ratón de tango atrapado en el ropero, salí, fui a la Giralda, al Ramos, acompañado de un desfile interminable de sueños de una gastada adolescencia en la calle Corrientes. Al final, lo de siempre la mesita renga del rincón el café y esos indescifrables garabatos en las servilletas, testigos ciegos de esta antigua soledad.

 

  Querés un feca?

  cortado y chico... ¿acaso te olvidaste?

 

Los bolsillos secos, ni un mango para engrupir, ya es  tarde, que tenés que pagar, que van a cerrar, que la casita de los viejos y qué se yo, que la puta madre, sós el último, noctámbulo porteño... que hacer ?, ¿la del vivo ? piola ? si las rodillas no responden y las alpargatas no dan para salir rajando. .....

Que cosa ¿ no ? si esa mañana no hubiese salido de casa, pero es así, nos vamos trazando las historias y éstas se nos cruzan, y allí quedamos, buscando en el milagro de tus ojos claros  la fe que nos falta, el amor casi olvidado que solo se recuerda en un par de líneas al borde de un bolsillo, o junto a unos boletos de cine que alguna vez nos transportaron a ese sueño casi prohibido inigualablemente mágico.

 

Si aquí me tenés, casi igual, otras historias, otros vientos en el rostro, algo mas viejo. Como explicarte tanto dolor, ya no es solo  esa batalla que libramos por ese sueño común del socialismo, hoy me duele la vida ausentada al amor, y no hay palabra que alcance la mirada, si ¡, ya sé, es cierto, yo se que llegaremos, que vamos navegando, pero que hacer con esta angustia floral de la mañana ?.

 

Como si el otoño hubiese llegado al calendario, cayeron los meses hasta llegar Octubre, un día Viernes.....

 

                    Tres siluetas transparentes se pierden entre las estructuras oxidadas de la estación de Retiro frente a la torre de los Ingleses, a una cuadra de la plaza San Martín. Un vaho envolvente cubrió sus rostros y lentamente nos fuimos alejando, con el brazo dibuje un adiós en la ventanilla empañado de pequeños movimientos, casi como negando la partida, pero ya estaba resuelto. Fue esa mañana clara, creo...en que llego Miguel.

 

Vaciar el alma y comenzar de nuevo.....           regresar al principio.

 

Tres siluetas se marchan por alguna calle hacia el centro, en la ventanilla, el reflejo de la noche  encendía fugaces líneas en el poncho negro de la pampa y el monótono sonido de las ruedas contra las vías, era como un reloj presuroso marcando el tiempo de esta larga distancia....   donde el adiós es un inútil dolor.

Amaneció temprano, la piel reseca por el polvo que se filtró por las rendijas del vagón esa noche de pena trasnochada, disimulaba todos los miedos aferrados a mi pulso casi como otra mirada. En ese momento llamaron a la puerta del camarote, la voz del guarda dio el aviso " ultimo turno para el desayuno" .Equilibrando mis pasos por la falta de sueño y el vaivén del vagón, fui a lavarme la cara y me dispuse al café..... Once treinta, Octubre cuatro, Mendoza : Miguel esperando junto al anden con una impaciente sonrisa prendida a la colilla de un Particulares Treinta, no se si fue el atraso o la espera, la recepción tuvo la frialdad de casi todos los encuentros anteriores, caminamos un rato por el centro, en silencio, al llegar al rodoviario rompió el mutismo, con la voz pausada como si le hablara a Andrés, su pequeño hijo que por ese entonces ya vivía en París,   me pregunto.....¿ seguro ?

lo mire sin decir nada.

  Vaciar el alma y comenzar de nuevo, regresar al principio.

 

un fuerte abrazo cerró la despedida, como una oración florecida en el viento sonda de la cordillera; Aun tenemos patria ciudadano.... Compañero.

 

 

Lo demás....,de mi gente, aquí en cada rincón. esperando.......

 

               Vaciar el alma y comenzar de nuevo, regresar al principio.....  Dar muerte al tirano.

 

 

* * *

 

Entre los dedos, el sabor húmedo de las lluvias del Sur, incógnito a mis sentidos, cifrado en mis ojos, como otra mirada.

En que parte está el sur ? sus cielos claros, tus  manos tiernas .. Las cosas que no he dicho ?

 

Recuerdo como giraban las paredes, en torno a la mirada fija de mis ojos. Como pega el segundero del reloj, la gota incesante en el baño.... ¡ que silencio de  muerte, que sonido de espanto, !....

¡ cómo gira tu ausencia...!

 

 

Que canto baja   Buenos Aires. . .

que canto oculto se pierde en conventillos

El cafiolo,

el trolo

la tortera . . .

El linyera en el baldío.

 

Que canto baja Buenos Aires,

Tu loca callejuela milonguera, tu andar a trancos, la mina que a soledad la noche, ¡puta y sola !   ¡ y noche !, aquel quilombo de la esquina, es rata que espera a sobresalto, el infaltable cana que vigila, una trucada en el bar de acá a la vuelta,

 

Aquel viejo matero en una silla, robando sueños a tu tiempo, añorando vida y lo que queda. Que canto baja a Buenos Aires solo, bajo Buenos Aires  solo,

solo Buenos Aires

 

 

 

A veces la llamamos...

la fundación del sueño,

percibimos,

respiramos,

y tiernamente damos vuelta la hoja.

Alguna vez la bautizamos con trópicos dormidos,

y estratégicas miradas de reojo,

frases entrecortadas y presagios,

aunque algunas otras,

la lloramos en silencio.

 

 

Los buses,

las calles,

los andenes,

las estaciones,

los trenes,

 

el silencio,

la noche,

las sombras.

 

La danza misteriosa de tus ojos,

el claro itinerario de tus pasos,

las cosas que no he dicho,

relegadas a la ausencia de tus manos.

 

Los buses, esperando.

Las calles, esperando.

Los andenes, dormidos.

Las estaciones, esperando.

Los trenes, esperando.

 

El silencio.

La noche.

Las sombras, el olvido.....     Esperando.

 

Un día gris, aquí en una esquina de San Pedro Telmo, un primero de mes. De la ventana de un bar, desde atrás de esas sillas, mas allá del café.... un día gris, tal vez mi soledad.

Cuanta ternura se asesino a mansalva.

Un día gris, aquí en una esquina de San Pedro Telmo, un primero de mes, en una esquina de la soledad sombría, miro a través de la ventana, mas allá de la muerte,... y lo sabe la vida... otoño del 78

 

Al llegar a casa, tan castiza de silencio, me arrincono el miedo en las paredes, la soledad sin noche, la sombra triste

el murmullo del mundo,

y esta palabra de gritar tu nombre

será repetida acaso, solo por el olvido a mitad del invierno.

Baires, junio de 1980

 

La soberbia osadía de Tu. nombre, la llevo marcada entre mis pasos, como una memoria olvidada, calada a lo profundo de los sueños, tan nueva, y tan antigua, acaso entre los sueños de una noche de otoño al final del silencio, tu sombra camina y viene el secreto que inspira,

que mira, que sueña, tengo montañas en mis manos de laderas profundas y sonidos huecos, la rueda, el surco, el olvido, te vas de mi, hacia el tiempo interior de mis recuerdos, la memoria perdida.

 

 

Sabes, tengo miedo ...

Tengo miedo,

Que aquel poema que guardo para ti cada mañana

se desvanezca entre mis manos,

y que no lo guarden tus pupilas mas allá del día sin mirarnos.

Tengo miedo de salvarnos,

Tengo miedo de ausentarme al jubiloso amanecer de tus palabras,

a la osada y tierna aventura de tu labios.

Tengo miedo...

que el rumbo nos  lleve en su naufragio a buscar un puerto imaginado,

que no existe más allá que en la memoria que inventaron

aquellos que un día se salvaron.

Te quiero y tengo miedo...

Te quiero, y quiero

navegar contigo al territorio de los pájaros.

no quiero que te salves ni salvarme.

Te quiero

 

Marzo 2000

 

 

Mi pan                        Mi paz,

mi miedo,                     mi canto,

mi dolor,                     mi llanto,

mi pena.                      mis ojos,

Mi alegría colgada del sol,   mi guitarra,

mi carga ajena.               mi viento acariciando la ventana,

Mi lluvia,                    mi ventana.

mi tiempo,                   Mi dolor,

mi bronca,                    mi presagio....

mi memoria olvidada,          La iluminada certidumbre de tus labios,

mi calle,                     la eternidad de ternura entre tus ojos,

mi gente,                     tú...

mi cielo boreal,              el olvido....

mis manos,

mi golpeada soledad.

* * *

 

La calle fundo tu sonrisa en cuatro vientos, cuatro soles, y un atardecer...

 

El día sigue inmóvil,

plácido a mis sentidos,

como una memoria olvidada, donde tu voz tras la demora,

golpea la alegría sobre mis manos,

estas aquí...

milenaria de estrellas.

 

 

A tajo y a destajo

a tajo abierto

a contra hecho y contramano

a río germinal...

tus pechos lunas

desde allí

inmóvil

tras la ventana

mirando el invierno

 

 

Te vengo a amanecer,

a darme luz y darte luz

en lo claro de tus ojos

a germinar..

a construir el amor,

que más allá de esa extraña palabra

que como ausencia se ha quedado en tus labios,

y no lo conocía hasta encontrarte

en un beso cargado a la locura

entre tus piernas y tu vientre

lleno de jubilosa ternura en tu cintura.

 

 

Sobre esta ronca bronca

lejos de las puteadas y silencios

lejos del miedo

estas vos

un tierno amanecer de soledades

una punzante herida en la nostalgia y la verdad

una brújula dormida

un horizonte

inexorable de dioses subterráneos

que  deambulan mas abajo de los sueños

vos...

es canción que estalla en este silencio impasible.

 

 

Rompe esta canción si es que hace falta

y apaga esa sombra mal herida

para estallar en la memoria de este pueblo,

las muertes cotidianas de la vida.

que tu andar no deje rastro,

más que el amor que arrincona tu mirada

dame lo claro

lo luz de tus mañanas

antes que el año se nos muera

antes que se nos ausente el alba.

rompe con todas las memorias

las historias gastadas.

y guarda un espacio en la locura,

después

después de todo, yo aprenderé a reconocerme en tus pupilas.

 

* * *

 

En aquel rincón,

sobre la silla

desvencijada, amarillenta,

se entremezclan,

mimbre y soledad,

tus recuerdos,

tus caderas dormidas,

mis manos en tus lunas,

la ausencia,

la luz del farol tras la ventana,

la madrugada inquieta cruzando el invierno.

No llueve

mis ojos se cuelgan del techo,

amanece

 

 

Y me fabrico silencioso una muerte tranquila

siete veces

junto a las lunas amarillas

afuera llueve

y tu cuerpo desnudo me invita al amor

tus labios acarician mi vientre

y yo, casi callado cierro los ojos.

Me miras, te beso, y sin darnos,

llegamos al adiós.

Afuera es un segundo

afuera la luna se durmió en tus pechos

afuera llueve,

y tu cuerpo,

peligroso,

sigilante, casi piadoso,

me invita al amor,

tus labios acarician mi muerte

y yo sin responder, casi callado cierro los ojos.

 

Baires, primavera del 78

 

La tarde descansa sobre el mar,

soberbia, tan llena de tus ojos,

la dimensión de este amor este dolor,

infinita a mi pena...

penetra a lo hondo de la ausencia.

por que tú, fundadora del verso regresaste,

anclando la muerte en mis estrellas.

De una sola muerte sola.

murió mi amor, mi osadía, mi semen presuroso,

mi rebeldía ingenua,

mi estatura,

mi paz

mi sol crepuscular...

me encuentro tan vació, tan cósmico,

tan solo, tan solo de ti, tan horadado,

que me queman las palabras,

tu sonrisa implacable.

¿ dónde encontrar la presencia milenaria

  de mis sueños ? ...

¿ dónde quedó mi pan sobre la mesa ?

¿ que fue de mis siete lunas amarillas ?

¿ el abortado milagro de tu vientre ?

¿ mi canción ?

¿ cual fue la razón de tanta pena ?

creo que ya es tarde....

que también han muerto las respuestas,

que éstas serán las últimas palabras que te entregue

tal vez el epitafio de tú ausencia.

 

 

Agosto cortaba el invierno en cuatro lluvias

y una soledad.

Hacia ya tiempo.... no se cuanto,

era de noche y domingo,

era el séptimo domingo de viento

agolpado en mi cuerpo.

Presagio inexorable de silencios

de una amarga distancia,

era Buenos Aires dormido en Corrientes

veredas al sur.

¿ por que entras esta noche de invierno impasible de olvidos ?

¿ por que regresas al origen del verso ?

preguntaste callada de bosques de Ezeiza.

Que cosa..¿ no ?

la ventana filtro la mañana,

y yo,

aun estaba esperando.....

dormirme tal vez en tus sueños.

Santiago, una noche del 93

 

Al fondo, el cuerpo rotundo del paisaje...

la cordillera,

aquí, llegan los cuervos al puerto,

la gente pasa, casi inmóvil,

vacía la esperanza recuerdo otros días,

otros sueños,

el sol inunda la tarde y me hago al olvido detrás de la espera.

Bajaras confundida en la brisa,

con una sonrisa certera, implacable,

llorare en silencio,

y llegara la noche.

 

* * *

 

Había olvidado el aroma de los bosques del sur

mis dedos en tu pelo

el olor de la tierra mojada por el rocío de Octubre

el sonido de tu mirada cortando el silencio.

 

Una lluvia de luna... en tus ojos

un pasado de mar,

llueve sobre Santiago,

        llueve...

 

                   El viento llega de pronto

a las paredes de octubre,

hasta bordear esta mañana de lunes impasible

llueve y ya no lo recuerdo

          llueve, tengo el cuerpo mojado....

mis sueños en tus sueños

mis dedos en tu pelo

llevados al viento

acarician el tiempo de esta tierna nostalgia

              duerme el amor tras la lluvia

                 espera... nuevos amaneceres

llueve sobre Santiago

contengo el milagro.

 

 

* * *

 

Te dejo mis recuerdos, mis memorias, mis pequeños hallazgos,

mis sueños de grandeza,

mis cotidianas derrotas, mi ateísmo casi sacro, mis burlas,

mi pereza. te dejos mis siete lunas amarillas, mis miedos infantiles, el mar junto al invierno las estrellas, la placita de san Pedro que aún no te he mostrado ... la calle corrientes. todo aquello que alguna vez quiso ser  nuestro, tan nuestro y tan ajeno a tus ausencias. Te dejo todo lo que tengo, porque cada cosa fue hecha para ti, aunque tu no lo supieras. se hizo la luz, la sal. Cada mañana fue reinventada en sus auroras para que tu la caminaras con tu alegría a cuestas, no olvides mis presagios, mi guitarra, mis poemas, por favor no olvides nada...

no quiero que algo se pierda en el olvido,

porque el olvido es mas terrible que la muerte.

 

Y si ahora el dolor inunda la tarde, y los pájaros ya no llegan a mis oídos. si no veo tus ojos y no distingo tus sueños, si el viento no golpea mi cara y tu sonrisa no contagia mis labios, será porque la ausencia invade mi cuerpo mas allá de tus besos...

si simplemente la nostalgia se arrincona de tangos o en la memoria vaga una suerte de melancolía reincidente, asustada... si esta muerte, esta ultima esperanza, esta angustia de olvidos deja su amor grabado sobre la mesa, en el sudor de mi sexo, entre las sabanas, será porque será tarde mañana, será como decir un hasta luego, sabiendo claramente que no es cierto.

perdóname...        te amo.

 

A veces me sorprendo

colgando de mis lunas amarillas

como una marioneta

entreverada con sus sueños

 

otras  me veo sentado en la vereda

viajando entre milagros

hacia el mar profundo de tus

ojos.

 

A veces la vida nos sorprende

queriendo ocultar nuestro asombro,

nuestro silencio infantil

nuestros temores...

Y las estaciones nos llevar hacia otros puertos

otros trenes

donde se agolpan las miradas

y se pierden...

  y es imposible comprender tanto infinito, tanto misterio

 

 

* * *

 

En mayo la primavera cubre de flores la selva de Nicaragua

y un eclipse de siete lunas,

sorprende a unos abuelos reinventando el amor en parque Lezáma.

En mayo, en Lisboa, una mujer

contempla el horizonte púrpura tras la ventana.

En mayo el otoño se resiste a dejar las alamedas y las nostalgias

y deja caer una bruma de grelas y de tangos en Buenos Aires

En mayo florecen los Jacaranda "junto al lago azul de Ypacaraí,"

Y aquí en Santiago, en mayo …. pienso en ti.

 

 

Una madrugada transparente me desperté mirando hacia los recuerdos

y estabas tú.

¿Como entraste?

me pregunte en silencio.

Jugabas con tu pelo y tú sonrisa era una brújula que alumbraba hacia los sueños,

la luz que atravesaba la ventana inundaba de ámbar los muros de mi cuarto y

el murmullo de la ciudad se confundía con las notas del piano que alguna ves toque cuando niño.

Una sinfonía de siete lunas amarilla se escondía hacia la noche que aún no terminaba,

de pronto me sorprendió la mañana y todo se desvaneció en el olvido…

amaneció de papel

 

Desde hace mucho que te escribo, me parece que desde niño. La verdad es que no lo recuerdo bien, creo que comencé a escribirte esa mañana poblada de lunas, en que los olvidos llegaron a mi memoria y empezaron a abandonarme cada uno de los recuerdos de infancia,  en ese momento en que la adolescencia se cruza vertiginosa y mis manos sudan temblorosas por la presencia a lo lejos de una muchacha que mira mas allá de la lluvia junto a la ventana de la Giralda, con un tazón de chocolate sobre la mesa en ese otoño de lluvias en la calle corrientes...

Entonces te busque en sus ojos,

te busque en sus manos y te escribí,

te escribí entre la nostalgia de un bandoneón porteño y el primer beso dibujado en tu sonrisa.  Te escribí en los muros donde se pintan los sueños de los pueblos,  junto a las lanchas que están en la bahía en el puerto del Callao. En la sala de clases del colegio, a escondidas de la maestra de sexto grado. Te escribí junto a las hadas de  mis cuentos infantiles en la inmensidad de un atardecer, te escribí nunca he dejado de escribirte. Te escribí sobre cálida arena y nubes de colores, te escribí desde la ausencia, aún te escribo...

 

Quisiera reinventar cada amanecer, de lunas amarillas para tu andar ligero, sorprenderme de luz al sorprenderte, rozar tu sonrisa con mis labios y mis sueños

 

Eduardo, 15 julio

 

Esa mañana, mientras la cuchara daba vueltas dentro de la taza de café, se sentó junto a mi mesa, mis ganas de verte. Me miro de sonrisas, y plácida tomo mi desayuno. La miré; ahí estaba, inmóvil, sentada sin cruzar palabras. Al Salir de casa mis ganas de verte se acomodaron en el cuello de mi camisa casi como una bufanda cubriéndome del frió. La volví a mirar, en silencio. Es extraño...

En el camino hacia el regreso, mis ganas de verte observaban la mañana con el asombro de un niño que por primera vez juega entre las olas junto al mar. Al llegar a la facultad se dedico a correr por los patios como un torbellino, de jubilo y asombro, la perdí de vista por un rato. De pronto la mañana dio paso al medio día y al salir de la escuela, mis ganas de verte me estaban esperando sentadas junto al jazmín que está a la vuelta de los sueños y que impaciente aguarda la primavera. Sin darme tregua, mis ganas de verte se acomodaron en el bolsillo de mi chaqueta y cada tanto se asoman al borde de la solapa, casi como espiando la tarde y aún no me cruzan palabras pero siguen allí...

Esperando que pase el invierno  (memorias de una larga distancia)

 

 

 

Creo que esa mañana poblada de ilusiones infantiles, cabalgando bajo el viento en un corcel de sueños. Esa mañana de jardín en la casa de mis viejos. Esa mañana de soles y de amor inesperado. Detrás de los recuerdos que aún no se construyen. A la espera de una vertiginosa adolescencia. Esa mañana sin nostalgias, ni promesas ni futuros... creo que esa mañana por primera vez pensé en ti. Y desde entonces que te escribo...

 

 

¿Como mirar la luna desde la ausencia? ¿Como recordar los sueños que aún no he tenido? ¿Hacia  dónde viajan las estrellas fugaces? El silencio baña de tristeza la tarde

y se esconden en mi bolsillo

 

Encontrarte, caminarte, descansar en tus labios

Multiplicarme de niños más allá del silencio….

Y conocerte, reconocerte en las olas de la mar y el viento

Encontrarte …

 

¿Cómo mirar la luna si tu no estas?

 

 

Esta mañana, mientras la cuchara daba vueltas dentro de la taza de café, se sentó junto a mi mesa, mis ganas de verte. Me miro de sonrisas y placida tomo mi desayuno. La miré, ahí estaba, inmóvil, sentada sin cruzar palabras. Al Salir de casa mis ganas de verte se acomodaron en el cuello de mi camisa casi como una bufanda cubriéndome del frió. La volví a mirar, en silencio. Es extraño... en el camino, mis ganas de verte observaban  por la ventana con el asombro de un niño que por primera vez juega con las olas junto al mar. Al llegar a la facultad se dedicaron a correr por los patios como un torbellino de jubilo y asombro. De pronto la mañana dio paso al medio día y al salir de la escuela, mis ganas de verte me estaban esperando sentadas junto a un jazmín que impaciente aguarda la primavera, sin darme tregua, mis ganas de verte se acomodaron en el bolsillo de mi chaqueta y cada tanto se asoman casi como espiando la tarde y aún no me cruzan palabras pero siguen allí...

 

 

Cambio de Piel

 

La verdad es que no sé bien en qué momento todo comenzó a cambiar. No se si fue en el auto de regreso a casa después de unas trasnochadas milongas en el "El Cachafaz"; (una tanguería en el barrio de providencia,) en una ciudad alejada de los tangos y acostumbrada al estrés, donde habíamos asistido a presenciar una pieza de teatro “educacional”, sobre el inconmensurable mundo del orgasmo. Invitados por una amiga extranjera de Tania María, creo que de Puerto Rico, que vive ya desde hace un tiempo en el país y dedica su vida al arte de las tablas, una actriz de comedia negra, que derrocha risas en el escenario entre la ironía y el sarcasmo… no se. O bien fue una hora después, junto  a unas embriagadoras copas de vino arrabalero, bailando entre merengues y salsas. (ciertamente descubrí ese día, que no bailaba bien cómo creía…) Ya me lo acuerdo mal.   Quizás fue camino al Mercado Persa unos días antes, entre cachureos, gentío, muebles viejos, trastos y comida. Productos chinos que atiborran las tiendas de colores y grises que inundan el Bio Bio; un barrio antiguo en el sector sur de la ciudad, lleno de comercio formal e informal, vendedores ambulantes, anticuarios, ropavejeros, donde podemos encontrar de todo, simuladores de fe y religiones perdidas o dioses del nuevo mercado… No se, no estoy seguro. Lo  cierto es que de algún modo, y mientras caminábamos por el mercado, entre frutas frescas y tiendas de pescados, en algún instante que no puedo precisar, es que  sentí en la piel, una suerte de acomodo, un recambio, como una serpiente que muda su pelaje al paso del largo invierno. Ya los recuerdo se me arrinconan en el olvido. De lo que sí estoy cierto; es que fue después que su mirada cruzó la mía, y mis pies se despegaron lentamente de suelo. Por esos días, todo era vertiginoso, desde el mágico misterio de verla despertar cada mañana, con su paso noctámbulo, llena de risas que inundaban la habitación con su alegría, suspendida en el aire, mientras la sentía acurrucarse entre mis brazos como una gata ligera, "ma belle" mi bella gata, con el tongo anclado a su risada melena de antepasados africanos, como una mujer presurosa escapa de una pintura de Magritte. Aún siento en mi cuerpo la tersura de su piel canela dorada, el dulce acento de su voz cuando por las noches me leía;  "Si se vuelven  ahora, recatadas la vuelta y la mirada, la verán esperar sentada, una calma o la sombra de una calma atravesándola, cara de ausente tiene, cara de víveme y tócame, las piernas cruzadas en cruz. La verán sentada en un sofá", y estaba allí, para calmar mi sueño y rejuvenecer mi alma.  Ese sábado, mordió mis dedos, una y otra vez. Mi brazo, mi cuello.

 

El día que la conocí, mi cuerpo se inundo de sudor, miedo, impaciencia, y regresé a mi más torpe adolescencia. Por la tarde, llegó a mi casa, a tomar un café… (No encuentras un buen café negro de maquina en muchos lugares, ahí suelen tomar sucedáneos que malamente saben a un buen café). Digo ahí y no aquí, pues ahora me encuentro a doce mil kilómetros en el llamado primer mundo, en un domingo de sol, en verano, un verano desconocido para mi, mas parecido a un otoño con complejo de invierno que no se resiste a la idea de llover continuamente, atravesado por unos cielos azules y turquesas. De vez en cuando un arcoíris que corta las nubes tormentosas y me recuerda los paisajes de Valdivia.  Ese día, charlamos muchas horas, hasta la madrugada. Mientras que desde el sillón que está junto a la ventana que da al parque; mi gata, sentada en él, miraba casi como de reojo a Tania María, resistiéndose…   hasta que lentamente fue conquistada por su llamada…“ma Belle”, se acercó y  se posó sobre ella confundiéndose una con la otra, como en un sueño que recuerdo y que aún no logro descifrar.

 

Al paso de los días, con el café de la mañana, el jugo de naranja que a veces suele haber en casa,  el pan con palta, los huevos (aguacate, en algunos países de América Latina), el huevo revuelto con tomate, fui descubriendo que mis labios habían aumentado su sensibilidad, que eran capaces de reconocer cada palmo de su piel con un sabor distinto y que mis manos ya no eran las mismas. No sé como explicarlo.   Algunas paredes de la casa cambiaron de colores y se vistió de Katrina la barra tipo bar que separa la cocina del estar, palabras nuevas llegaron a mis oídos (“coquí taíno” por ejemplo) y a mi cuerpo, amaneceres de despertar henchido de Eros en la sangre. Sin embargo esa sensación permanente de que algo estaba cambiando en mi interior, me hacia despertar en las noches con unas ganas enormes de saltar sobre las hojas sobre los charcos, o correr por la arena.   Ya han pasado casi treinta días desde que cruce el continente y aún no logro acostumbrarme. Voy cada mañana a los ensayos. Me despierto a las siete, hago algunos ejercicios para mi espalda, que se ve acosada cada cierto tiempo producto de una caída de un techo unos años atrás. Luego me preparo un café muy cargado y salgo de casa, voy a comprar de vez en cuando una baguette, muy francesa por cierto, hecha solo con harina, sal y agua, crujiente y espigada. Luego camino hasta una cafetería a unos quince minutos del teatro y pido en un incorrecto francés “un pain AU chocolat et UN café au lait s'il vous plaît”. Desde la terraza de la cafetería donde me siento, contemplo el pasar de la gente a sus trabajos. Las mujeres normandas son grandes y muy rubias dejando ver más de alguna invasión vikinga en el pasado, como en los dibujos de obelisk y Asterix de la bretaña. Luego me dirijo hacia uno de los canales que atraviesa la ciudad, me quedo largos minutos observando el agua y a unos patos silvestres que habitan en él. De ahí escaleras arriba, al teatro!. En total mi caminata dura unos 40 minutos incluido el café.  Al llegar a Foz que es el nombre de la sala donde ensayamos, me siento una rato en la vereda como resistiéndome a dejar el sol que entibia la mañana, eso cuando no llueve por cierto. Y fumo mi primer cigarro del día. Creo que dejare de fumar.  Uno de esos días en el teatro, note que los actores me miraban extraño. No le dí mucha importancia pues es cierto que entre mis zapatos verde limón y mis calcetines de colores, siempre hay algo que te pueda llamar la atención. Sin embargo mas de alguna vez observe que miraban muy atentamente mis manos y mis ojos mientras les hablaba. Pensé que podía ser el que no comprendían mis palabras, esa mezcla de español con un francés mal pronunciado. La situación se repitió en varias ocasiones. Lo más extraño fue cuando tuve la sensación que me miraban desde arriba, como gigantes, seres enromes, sorprendidos, lejanos. Fue en ese momento que termine el ensayo rápidamente, salí a la calle y corrí por mucho rato, me costaba mucho avanzar, sentía frío pese a que ese día había un sol imponente en la ciudad. Fui al canal donde me detengo cada mañana y me acerque a la orilla, con la curiosidad de un niño que por primera vez se ve frente a un espejo, mire mi reflejo sobre el agua y extrañamente me sentí placido con mis pies junto al agua. Ya han pasado varios días de aquel acontecimiento. Alegre y ligero lentamente me voy acostumbrando a trepar por las ramas de los arbustos que acarician el canal, saltar en los charcos en el parques, hacerle el quite a la gente de la casa al teatro, a mirar hacia arriba, … ahora, yo, Ricardo Jacinto, soy un Coquí Taíno!! Y Llevo en mi, un poco del caribe que abraza tu cuerpo… me siento feliz.

 

* * *

 

Amada amiga, amiga, el viento pasa sobre mis mejillas y bordea el silencio… me dibujan algunas penas o y otras alegrías. Hace mucho que no te escribo y pienso en ti,  la nostalgia me acurruca entre los sueño con un rumor de bandoneón y calles empedradas.  Y caminamos de la mano bajo la garúa junto a la plaza de San Pedro Telmo, unos chicos juegan en el parque Lezama  y un café se enfría en el Británico. El día queda atrapado en el calendario sin presente. Y estas ganas infinitas de verte cruzan un par de lagrimas que traicionan a mis ojos…. El tiempo pasa inexorable, irrepetible y vos amada amiga sigues aquí, este amor cambia de rumbos y se aferra a mi cansado corazón con veinticinco lunas y un otoño de hojas rotas y esquinas dormidas. Camino por la ciudad y te busco… amada amiga, y te encuentro rozando una canción junto a una copa de buen vino, “en mensajerías de luna y sueño”

 

 

 

te quiero libre,

tan cerca o tan lejos como tu lo necesites,

te quiero libre, sin olvidos ni presagios

de caderas y senos fraternales,

mujer... pequeña sílaba de sexo amanecido,

amo tus labios,

tu sonrisa,

tu pecho germinado en la caricia,

 

llueve, tengo el cuerpo mojado,

 

 

 

 

 

Palabras... recuerdo del olvido, memorias del sueños y poemas sueltos (Sin fechas ni apellidos)